Con sus 118 islas que forman cinco archipiélagos, la Polinesia Francesa ofrece el escenario perfecto para unas vacaciones fabulosas y relajantes. Descubra sus islas de ensueño en un crucero por la Polinesia Francesa Descubra la diversidad del paisaje polinesio, donde se combinan lagunas y verdes montañas volcánicas. Si la Polinesia es conocida como destino turístico, puede encontrar la paz navegando de una isla a otra...
¿Cuándo navegar en la Polinesia?
La Polinesia disfruta de un clima tropical, con altas temperaturas durante todo el año y un sol siempre presente. La región está marcada por dos estaciones: la estación de las lluvias y la estación seca. El momento ideal para ir es la estación seca (abril-octubre), cuando las lluvias son escasas y el calor es menos sofocante. En efecto, la temperatura del aire ronda los 30° y la del agua supera los 25°. También es el periodo menos expuesto al riesgo de ciclones, ya que la temporada de ciclones va de noviembre a abril.
¿Le gustaría ir de vacaciones entre abril y octubre, tomar el sol en playas paradisíacas y maravillarse con el singular fondo marino, tan popular entre los submarinistas? Déjese tentar por la encantadora magia de los cinco archipiélagos que componen la Polinesia y suba a bordo de un catamarán de lujo para realizar un crucero excepcional por la Polinesia...
Mapa de las zonas de navegación del archipiélago de las Islas de la Sociedad en la Polinesia Francesa
Los lugares imprescindibles de su crucero por la Polinesia
Tahití
Al ser la isla más grande de la Polinesia, no es de extrañar que Tahití sea el destino de referencia para el turismo. De hecho, los tahitianos son uno de los pueblos más acogedores del mundo. La isla alberga la capital de la Polinesia Francesa, Papeete, famosa por su mercado, que reúne productos frescos y artesanía local, y donde se puede presenciar la bonhomía del pueblo tahitiano. En cuanto al paisaje, le encantarán las cascadas y los ríos de agua translúcida envueltos por las montañas del centro de la isla. También podrá elegir entre las playas de arena blanca de la costa oeste y las de arena negra de la costa este, donde podrá disfrutar del sol polinesio.
Playa de Tahití
Moorea
Moorea, la "isla hermana" de Tahití, se encuentra a pocos kilómetros de la gran isla polinesia. Es imposible no caer en el embrujo del entorno natural único de esta isla: playas idílicas, vegetación exuberante, valles con picos montañosos, casitas de colores pastel... tantos escenarios excepcionales que hacen de Moorea un destino ideal para los navegantes durante un crucero en catamarán por la Polinesia Francesa. Es conocida por sus dos bahías en el norte de la isla, la Bahía de Cook y la Bahía de Ōpūnohu, que se pueden admirar desde el mirador de Moorea. Dé paso a las actividades de ocio, entre la tierra y el mar: la isla cuenta con varias rutas de senderismo, y ofrece la posibilidad de practicar deportes acuáticos (kayak, moto acuática, buceo...). En particular, la isla es un lugar privilegiado para nadar con tiburones, sobre todo en Tiki Point, un santuario para tiburones de varias especies. Para los menos valientes, es posible incluso participar en sesiones de alimentación de tiburones.
Isla de Moorea - Vista desde la bahía de Ōpūnohu
El archipiélago de las Tuamotu
El archipiélago de las Tuamotu, uno de los mayores de la Polinesia, está muy poco poblado. Muchos de sus islotes están deshabitados. La mayoría de los atolones polinesios (islas de coral de poca altura creadas por el hundimiento de un antiguo volcán) se encuentran aquí, donde se han formado lagunas y "motus", pequeñas islas de arena al borde del agua. Rangiroa, el mayor atolón de Tahití y el segundo del mundo con más de 200 motus que componen su arrecife de coral, es una visita obligada en el archipiélago. Un verdadero paraíso para los buceadores, en el que podrán deleitarse con peces multicolores, tiburones martillo, ballenas, rayas, tortugas o incluso delfines para los que se queden en la superficie.
Atolón del archipiélago de Tuamotu
Bora Bora
Llamada la "Perla del Pacífico", Bora Bora es la isla paradisíaca por excelencia. Un auténtico escenario de postal, en el que se equilibra el romanticismo y la relajación, tiene su parte de interminables playas de arena blanca y aguas en mil tonos de azul. Atraque su catamarán y diríjase a la famosa playa de Matira con la que sueñan los viajeros. Considerada una de las playas más bellas del mundo, los buceadores podrán admirar las majestuosas mantas que reinan en los jardines de coral de la isla. El Monte Otemanu, el pico más alto de la Polinesia, es un volcán inactivo que se asienta en la laguna de Bora Bora y es el emblema de la isla. Se puede ver desde muchas partes de la isla, y se puede admirar en su totalidad cuando se navega mar adentro. Déjese sorprender por las especialidades culinarias locales visitando las roulottes, pequeños restaurantes que ofrecen una cocina sencilla y tradicional.
Isla de Bora Bora